¿Cuál es el estilo y el tono de los correos electrónicos? ¿Cuáles son las pautas de redacción que debemos seguir? Aquí, algunas recomendaciones.
Jesús Raymundo
@DoctorTilde
Es el medio más antiguo de internet y el más utilizado en el mundo. Aunque los mayores valores del correo electrónico son la rapidez y la gratuidad para enviar o recibir mensajes, en estas cualidades radica también su principal debilidad. Se trata de una carta abreviada y simplificada que no considera datos, como la fecha o la dirección electrónica del remitente, porque estos aparecen por defecto.
¿Cuántas veces hemos leído correos electrónicos sumamente informales o, viceversa, nos hemos sorprendido por un formalismo que no define la comunicación entre amigos o familiares? Otro de sus riesgos es que no solo sea leído por el destinatario, sino también por más de una persona, incluso por las que no deseamos. Esto ocurre cuando otros lo reenvían por necesidad o por falta de reserva.
Las cuentas de correos electrónicos de los colaboradores no deben abusar del uso de iniciales o abreviaturas que dificultan su identificación.
Es indispensable pensar en las pautas de redacción. Tal como ocurre en cualquier documento escrito, un correo electrónico se adapta al contexto de la comunicación, al perfil del destinatario, al grado de confianza que existe entre el emisor y el receptor, y a la intención de lo que se desea transmitir. Sin embargo, en el ámbito profesional se evita el coloquialismo y se mantiene la corrección.
La prisa no debe ser excusa para escribir con faltas ortográficas y gramaticales. Tampoco es necesario el uso exagerado de abreviaturas, símbolos, siglas y acrónimos. La comunicación con un cliente o proveedor tiene que ser clara, correcta y coherente, sin olvidar la empatía, el respeto y la creatividad. Es un terreno donde las reglas nunca se obvian.