
Si todos tenemos la capacidad de comunicarnos a través de diversos canales, ¿por qué muchas veces no nos entendemos? ¿De quién depende el éxito del proceso de la comunicación, del emisor o del receptor? A continuación, compartimos diez claves que pueden ayudar al primero.
Jesús Raymundo
@DoctorTilde
Los integrantes de un equipo de trabajo debemos valorar que a través de la comunicación podemos encontrar soluciones a situaciones difíciles, compartir experiencias con los compañeros y canalizar propuestas y sugerencias. Una buena idea siempre será escuchada. ¿Cómo podemos integrarnos más? ¿Cuáles son las recomendaciones que nunca debemos olvidar?
A través de la comunicación podemos encontrar soluciones a situaciones difíciles, una buena idea siempre será escuchada.
- Evitemos el murmullo, el chisme y los comentarios negativos a media voz que muchas veces se esparcen en las reuniones fuera de la oficina o en los pasadizos y otras áreas de la empresa. Estos envenenan el alma y nos acostumbramos a ver solo lo negativo de la vida.
- Expresemos abiertamente nuestros pensamientos, sentimientos y deseos. Un equipo con integrantes inexpresivos no logra la integración ni apuesta por la innovación. Por eso, conversemos entre todos para lograr el compromiso.
- Realicemos reuniones con una agenda previamente compartida a fin de que los participantes aporten al logro de los objetivos. Tomemos nota de los acuerdos, de los compromisos y las proyecciones establecidas bajo cronograma.
- Consideremos el contacto visual entre los interlocutores. No debemos concebir diálogos dándole la espalda al compañero, desde una estación de trabajo a otra ni levantando la voz desde cualquier lugar. Pensemos también en los demás integrantes del equipo, quienes necesitan menor interferencia.
- Evitemos compartir temas particulares en las reuniones grupales. Los temas que solo involucran a dos personas se tratan entre ellos, de manera puntual y directa. Los aspectos generales y transversales, que requieren comunicarse a más personas, se dan a conocer a los interesados.
- En el tono de nuestra voz debe brillar, en todo momento, la amabilidad y la calidez, y al mismo tiempo la convicción y la firmeza. Nuestro interlocutor debe sentirse cercano a nuestras intenciones, que finalmente debe considerarlas como suyas.
- Asegúrate de que los mensajes claros y concretos hayan sido entendidos por el receptor. Es recomendable que preguntes, a manera de resumen, sobre lo que se está comunicando y pedirle su punto de vista sobre el tema que abordan.
- Huyamos de los monosílabos, sobre todo cuando respondamos las preguntas. Aprovechemos la oportunidad para compartir propuestas que contribuyan a mejorar el clima laboral y a restarle presencia al estrés.
- Cuando delegamos una responsabilidad a un integrante del equipo hay que ser precisos y claros en lo que deseamos, cómo esperamos que lo concrete y cuál es el plazo con el que cuenta. Debemos compartirle la importancia del resultado para los objetivos trazados.
- Valoremos el feedback del equipo, que debe lograrse en las reuniones que organizamos, en la comunicación verbal y en todo proceso en el que participan un emisor y un receptor. Nunca debemos dejar espacio a las dudas ni el ruido, sino estaremos generando riesgos que podrían afectarnos.
¡Buen post! Cada ítem es clave de crecimiento para el equipo laboral.
Saludos
Felicitaciones, y muchas gracias por hacernos crecer.
Gracias, Roberto. Un abrazo.