La masificación de los DNI electrónicos debe ir de la mano con la actualización de los registradores del Reniec en temas lingüísticos. Así se evitarían más faltas ortográficas.
Redacción AC
@EscuelaArtifice
Los esfuerzos para masificar el DNI electrónico aún no superan las expectativas. A febrero de 2018 obtuvieron el documento solo 600 000 peruanos, cifra que es menor a la que el Reniec proyectó para este año: más de un millón de unidades. El reto es impulsar los servicios digitales y, con ello, incentivar que más personas usen el nuevo DNI.
Jesús Raymundo, autor de La redacción no se improvisa, señala que si la tecnología no va de la mano con la actualización lingüística de los registradores, la transformación digital podría enfrentar otra dificultad que, para resolver, necesitará más recursos y tiempo. Por desconocimiento, los datos personales de los ciudadanos, escritos con mayúscula, omiten la tilde en palabras que sí deben llevarla.
Por ser el único documento fiable de identificación, el DNI debe contener información actualizada y escrita de manera correcta.
Mientras que el Reniec solo ha digitalizado los registros físicos (analógicos) en cinco departamentos, aún hay 625 municipalidades que no cuentan con infraestructura de conectividad para hacer lo mismo con las partidas de nacimiento, de matrimonio y de defunción. Tampoco se ha emprendido una campaña nacional para actualizar o corregir los datos inscritos sin respetar las normas de acentuación gráfica.
La Ortografía de la lengua española indica que no se trata de colocar una tilde, sino del significado de las palabras. No es lo mismo José y Jose, ni César y Cesar. Es tiempo de cambiar las mayúsculas iniciales por minúsculas en nombres comunes, como apellido, ubigeo, civil y votación. Además de actualizar la escritura de prefijos –prenombres en lugar de pre nombres–, se debe uniformizar el uso de las abreviaturas. Modernidad es también corrección.