¿Cómo plasmar nuestras ideas con claridad, sencillez y de forma ordenada? Te brindamos siete pautas que te ayudarán a escribir con seguridad y placer.
Redacción AC
@EscuelaArtifice
Cuando redactamos un texto, debemos planificar con estrategia, es decir, pensar en el inicio, el desarrollo y el final. No basta tener las ideas claras, sino también definir la estructura según las prioridades y el estilo de comunicación. Jesús Raymundo, autor de La redacción no se improvisa, comparte siete consejos que ayudarán a escribir con seguridad.
Un texto que abarca demasiadas posiciones sobre un mismo tema carece de personalidad.
Recomendaciones con estilo
- Planifica con estrategia. Antes de empezar a escribir, define el tema y el enfoque que abordarás, para evitar demasiados ángulos. Considera también la estructura y el número de subtemas y párrafos. Asà aprovecharás al máximo el espacio.
- Maneja el tono adecuado. El tono de tu escritura puede darle a tu texto una atmósfera emotiva y sentimental, o lógica y racional. La elección final dependerá del tema que abordes, cómo quieres expresarlo y a quién lo diriges.
- Estructura el texto. Divide el cuerpo del texto en párrafos sencillos que faciliten la lectura. Cada uno debe incluir una oración principal y, como mÃnimo, otra complementaria. Los enunciados deben ser breves y directos.
- Ordena bien las ideas. Presenta la información mediante una secuencia de ideas que le dé fluidez al texto. Cada idea nueva se debe relacionar con una anterior y dar como consecuencia la siguiente, ordenada mediante una sintaxis sencilla.
- Trabaja una idea por párrafo. Si intentas abordar demasiadas ideas en un párrafo o más de una en la misma oración, confundirás al lector. PriorÃzalas según el nivel de importancia, el tema, el enfoque y el tipo de texto.
- Usa un vocabulario sencillo. Evita usar palabras muy rebuscadas o técnicas, para que el texto lo entiendan más lectores. Incluso en los textos cientÃficos o académicos debemos explicar cada idea con la mayor claridad posible.
- Conecta las ideas. Aprovecha los conectores gramaticales, sin abusar de ellos, para lograr una relación coherente entre cada idea. AsÃ, el lector podrá seguir el hilo conductor sin mayor dificultad.