En el lenguaje publicitario y el diseño gráfico, la buena redacción siempre suma. ¿Cuánto aporta la ortografía a la creación del nombre de una marca o producto? ¿Es válido evitar las normas para lograr la diferencia?

Jesús Raymundo
@DoctorTilde

A través de las estrategias de marketing y publicidad, las empresas no solo buscan acercarse a sus clientes, sino también quedarse en sus mentes y corazones. Una marca distingue los productos y servicios de una compañía, frente a la competencia. En ese universo se crean y posicionan las logomarcas.

Además de colores, tipos de letras, tamaños y figuras retóricas, se toman decisiones sobre el uso de las letras, cuyas normas han sido establecidas por la Real Academia Española (RAE). Las marcas internacionales líderes en sus rubros prefieren usar las minúsculas en lugar de las mayúsculas e, incluso, las intercalan en los nombres propios.

La aplicación de la letra minúscula en los logotipos de nombres propios, que es aceptado en el lenguaje publicitario, desaparece en los textos. Asimismo, se permite el empleo de las mayúsculas al interior de las marcas, porque establecen los límites entre los diferentes componentes del nombre completo de la empresa o institución.

La aplicación de la letra minúscula en los logotipos de nombres propios, que es aceptado en el lenguaje publicitario, desaparece en los textos. 

En la escritura de marcas y nombres comerciales debe primar el criterio y la mesura, sobre todo si existe el riesgo de que el cliente se sienta confundido e inseguro cuando revise las normas ortográficas. El uso descontrolado de minúsculas y mayúsculas puede, en lugar de beneficiar, afectar a una empresa. Piense antes de tomar una decisión.

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