El prestigio del periodista se ha devaluado en los últimos, sobre todo porque descuida la rigurosidad y calidad de los textos. Si no se reacciona a tiempo, podrÃa debilitarse más su credibilidad.
Los mensajes polÃticos deben respetar las normas de la ortografÃa para garantizar una comunicación clara, correcta y precisa. Una buena redacción potencia, además, la marca personal.